La IA ayuda a la persona humana, pero no puede reemplazarla. La máquina no tiene sentimientos, ni puede tenerlos, pues carece de estructura biológica y de conciencia. Tan solo puede imitarlos.
Por Luis Eguiguren. 18 septiembre, 2023. Publicado en El Tiempo, el 16 de setiembre de 2023.Recuerdo haber escuchado, aquí en Piura, al filósofo Leonardo Polo Barrena (1926-2013), la definición de ser humano como resolvedor de problemas. Tengo también el recuerdo del profesor Ramón Mugica Martínez (1927-1991), en nuestra ciudad, explicándonos la evaluación de sus alumnos de Física Básica, no a partir de cómo resolvían algún problema, sino a partir de cómo sabían plantear problemas desde fenómenos físicos que se les proponían. La persona humana tiene capacidad cultivable —para convertirla en hábito— de plantear problemas para el mejoramiento de la realidad y, también, de formular hipótesis para resolverlos.
Las sabias enseñanzas de ambos profesores, en sus amigables conversaciones, con el acogedor tono de charlas de café, me inducen a reflexiones respecto a algo fulgurante, último grito de la tecnología, que ya está en nuestro medio: la inteligencia artificial.
Como bien comprendemos, toda innovación tecnológica nos compromete a todos, trayendo progreso, pero también algunos efectos que podrían ser no tan benéficos. En la medida de lo posible, hay que saber cómo preverlos y cómo enfrentarlos.
Sobre la inteligencia artificial (IA) y su impacto tendremos la oportunidad de escuchar, el viernes 6 de octubre, a las cinco de la tarde, en el Auditorio IME de la UDEP, al doctor Juan José Sanguineti, quien nos visitará desde Buenos Aires. Es doctor en Filosofía por la Universidad de Navarra; desarrolló sus estudios en Europa, donde ejerció la docencia en varias universidades. Especializado en Filosofía del Conocimiento, de la Ciencia, de la Mente y de la Neurociencia, es autor de 21 libros y unos 140 artículos especializados. Actualmente, ejerce la docencia en la Universidad Austral, Buenos Aires.
¿Podría el robot convertirse en un tipo de sujeto humano? el profesor Sanguineti respondía explicando que la IA es una prolongación de las capacidades humanas. Es un instrumento como cualquier máquina. La computación tiene un ámbito, que es el del cálculo. Y, en esto supera las capacidades humanas, grandemente. Sin embargo, hay dos componentes humanos que no son reemplazables por la IA: la libertad y los sentimientos. La máquina es automática, coopera con el hombre, quien le proporciona los algoritmos, y no es libre. La IA ayuda a la persona humana, pero no puede reemplazarla. La máquina no tiene sentimientos, ni puede tenerlos, pues carece de estructura biológica y de conciencia. Tan solo puede imitarlos.
Este es un artículo de opinión. Las ideas y opiniones expresadas aquí son de responsabilidad del autor.